Para la masa:
100 gr. de manteca blanda
2 yemas
2 cucharadas de azúcar
2 cucharadas de agua fría
1 cucharada de vinagre
1 taza de harina, aprox.
Para el relleno:
3 yemas
7 cucharada de ralladura de limón
1/4 de taza de jugo de limón
3 claras
Sal, un poquito
1/2 taza de miel
1 cucharadita de esencia de vainilla
1 taza de crema
Preparación:
Ponga la harina sobre la mesa y hágale un hueco en el centro. Coloque allí la manteca blanda, la yema, el azúcar, el agua fría y el vinagre. Una todo en un bollo tiernísimo, que no se pegotee.
Aplaste ligeramente la masa sobre la mesa enharinada, colóquela dentro de una tartera desmontable (22 cm.) enmantecada y enharinada y termine de estirarla allí dentro, presionándo con sus dedos enharinados hasta dejarla de un espesor fino y parejo.
Sujete los bordes con una tira de papel aluminio para que no se caigan durante la cocción. Pinche toda la masa con un tenedor y cocínela en horno caliente hasta que se note cocida y suavemente dorada. Retírela del horno pero no la desmolde. Deje enfriar y deseche el papel aluminio.
El relleno:
Coloque en una cacerolita las yemas, la ralladura y el jugo de limón y 1/4 de taza de la miel. Lleve a fuego suave y mezcle continuamente hasta que la preparación espese (unos cinco minutos). Retire y reserve.
Bata las claras con el poquito de sal hasta que alcancen el punto de nieve. Continúe batiendo mientras le agrega, de a poco, la miel restante.
Perfume con la esencia y siga batiendo hasta obtener un merengue bien firme. Mézclele la crema de yemas y deje enfriar.
Bata la crema de leche a medio punto. Agréguela a la preparación anterior.
Vuelque la mezcla en la tarta precocida y estaciónela en la heladera hasta que esté firme. Recién entonces quítele el aro lateral y deslice la tarta en la fuente en donde la piensa servir. Déjela en la heladera hasta llevar a la mesa.